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Formar parte del club de las 5 de la mañana mejora tu bienestar emocional

Formar parte del club de las 5 de la mañana mejora tu bienestar emocional Compartido por:

Heraldodeportes.com - ejercicio nocturno

Formo parte del club de las 5 de la mañana antes de saber que existiera ese concepto del que tanto se habla ahora por obra y gracia del experto en liderazgo Robin Sharma –que convirtió su método en libro en 2018– y que practican, entre otros, Anna Wintour, Gwyneth Paltrow, Tim Cook o Michelle Obama.

Durante mi época de estudiante me levantaba antes de que amaneciera para estudiar, casi a la misma hora que la mayoría de mis compañeros se acostaban porque preferían hacerlo de noche. Luego llegó el trabajo y más tarde la maternidad, con el tetris logístico y mental que implica.

Y en prácticamente todas estas etapas de mi vida, levantarme entre las 5 y las 6 de la mañana (la mayoría de las veces más cerca de las 5) me ayuda a empezar el día con buen pie, a manejar el estrés, a cuidar mi salud mental y a mantener mi productividad.

Aprovechar ese rato (felizmente silencioso) en el que el resto de mi familia duerme para practicar una clase de barré, ducharme sin prisa (pero sin pausa) y preparar un desayuno con tostada y café sin tener que recurrir a un dulce rápido, me ayuda a encarar el día de otra manera.

El club de las 5 de la mañana me funciona, pero no es para todo el mundo

No negaré que cuando hablo de mis costumbres matutinas en público, la mayoría de la gente se extraña de que ponga el despertador tan pronto cuando mi jornada laboral empieza bastante después. Pero la realidad es que para mí es el mejor momento del día para hacer lo que otras personas hacen por la tarde.

Pero que a mí y a otros devotos célebres del método nos funcione, no significa que esta tendencia –ahora viral en TikTok en parte por videos que se titulan ‘Mira cómo paso una mañana súper productiva’– sea beneficiosa para todo el mundo.

En mi caso, aprovechar mi pico de energía matutino me ayuda a cumplir mis objetivos –no hablo solo de productividad, sino sobre todo de bienestar emocional, porque equilibrio mis quehaceres con la práctica del autocuidado–. Pero no negaré que a las 9 de la noche esa energía se ha diluido por completo y solo pienso en meterme en la cama para poder volver a formar parte del club al día siguiente. Porque no, no se trata de quitarme horas de sueño, sino simplemente de distribuirlos de otra manera para aprovechar mis ritmos.

Qué es el club de la 5 de la mañana

Como ya hemos compartido anteriormente, el título ‘Club de las 5 de la mañana’ proviene de un libro de 2018 del mismo nombre, escrito por el coach de liderazgo Robin Sharma. Su mantra, ‘Apodérate de tu mañana, eleva tu vida’, poco a poco se ha convertido en una ley de vida para muchos.

El club de las 5 de la mañana, es una práctica que se ha popularizado en los últimos años y no es más que levantarnos a esa hora y empezar nuestra rutina diaria con la misma entereza a que si lo hiciéramos a las 7 u 8 a.m. La única diferencia es que, al adelantar y prepararnos para lo que se viene el resto de la jornada, algunos logran una sensación de plenitud, calma e incluso menos ansiedad ante los acontecimientos y pendientes del día a día.

La importancia del cronotipo

Es importante no dejarse llevar por el fenómeno viral –puede que levantarte a las 5 de la mañana no sea para ti– y debes además tener en cuenta tu cronotipo. ‘Las personas funcionamos en ciclos de energía dentro de las 24 horas del día. A lo largo de estos ciclos disponemos de momentos de máxima capacidad y momentos para el descanso. Depende de cada persona. Esta predisposición natural a la energía a lo largo del día se denomina cronotipo y está relacionada con los ritmos circadianos’, explica Manuel Fernández, profesor de Economía y Empresa de Universitat Oberta de Catalunya.

Por lo tanto, es importante saber en qué momento del día nuestro cuerpo está más predispuesto a hacer cosas que consideramos importantes –no hablamos solo de trabajo, sino también de hacerse esas otras cosas que nos dan bienestar mental– antes de decidir unirse al club. Y eso dependerá de nuestro cronotipo dominante. Si es matutino se tiene más energía por las mañanas; si es vespertino, los picos de energía y capacidad se producen por la tarde-noche (y el horario de sueño es sobre las 3 de la madrugada), y si es intermedio –en él se encuentra el 50% de la población– las horas de mayor energía suelen ser las intermedias y la necesidad de irse a la cama se produce a las 12 de la noche.

Claramente, solo las personas con un cronotipo matutino podemos vernos beneficiadas de pertenecer a ese club. Y no solo porque tengamos la energía suficiente en ese momento del día para hacer tareas que consideramos importantes, sino porque disfrutaremos del placer (silencioso) de hacerlo a primera hora de la mañana.

La productividad no lo es todo

Es cierto que la esencia de este método está bastante ligada con la idea de la productividad, pero la realidad es que el creador del fenómeno, Robin Sharma, lo vincula mucho con otra idea que tiene aún más valor: mejorar el estado de ánimo y la salud mental.

Se trata de aprovechar esas horas de silencio para hacer cosas que favorezcan nuestro crecimiento personal y eso implica priorizar el autocuidado y no dejarlo para el final en nuestra lista de tareas (con el riesgo que conlleva de postergarlo hasta el infinito).

Evidentemente, aprovechar esas horas de mayor energía nos permite mantener activa la productividad, pero como miembro autodeclarada de este club, puedo prometer y prometo que en mi caso se trata de algo mucho más vinculado al bienestar emocional.

Hacer algo de ejercicio, maquillarme con algo de paz (y técnica) y no solo a brochazos, y disfrutar del primer café de la mañana, es una forma de priorizar mi autocuidado antes de que el ritmo frenético del día a día me lleve por delante. Y también otra manera de ser productiva después.

De hecho, el psicólogo Xavier Savin insiste en la importancia de no improvisar los ratos de autocuidado –agendarlos a primera hora del día es una opción– y la experta en mindfulness Úrsula Calvo recuerda la importancia que tienen estas otras actividades placenteras a la hora de aumentar la productividad porque son fundamentales para el equilibrio y la salud. Además, es importante la reflexión actual sobre el mito de la productividad, ya que ser productivo no significa hacer más, sino hacer menos y mejor. Y sobre todo, entender que tampoco hay productividad sin salud mental. Y eso también funciona en este club (al menos para mí).

Artículo originalmente publicado en Vogue España, vogue.es. Adaptado para Vogue México y Latinoamérica.

Fuente: Vogue.com

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