El atardecer mediterráneo es del color de la ceniza, de la brasa todavía encendida sobre el agua. Este juego de colores se disfruta más de vacaciones, desde la decimoquinta planta de una ciudad flotante con una copa de champagne entre los labios. A lo lejos suena un hilo musical de los 70 y las burbujas del jacuzzi hierven en tu corazón. No hay lugar para la prisa, la ansiedad o…