Todos conocemos a alguien que todo el tiempo se la pasa con el teléfono en la mano, pues no deja de enviarse mensajes con su pareja, y aunque podría parecer que llevan una relación “perfecta”, la realidad es que mientras menos lo hagan, mejor.

Sí, probablemente nuestra lógica nos diga que las cosas son al contrario, pero después de todo no lo decimos nosotros, lo dice la ciencia. De acuerdo con la psicóloga e investigadora de la Universidad Loyola de Maryland, Estados Unidos, Theresa E. DiDonato, enviarle mensajes constantemente a nuestra pareja no es tan buena idea.

¿Por qué? Primero que nada fomentamos una relación dependiente en la cual “necesitamos” estar conectados a través del móvil, porque cuando no lo estamos o tardamos más de lo “normal” en contestar, la otra persona se preocupa, en el mejor de los casos, o se enoja y te arma todo un pancho.

Además, es más fácil malinterpretar los mensajes, pues no podemos escuchar la entonación de las oraciones, ni podemos interpretar los gestos y los ademanes; como resultado, creemos que el otro está “molesto” o nos está hablando feo.

Asimismo, la autora señala que este patrón de dependencia crea más problemas de los que podría resolver, pues aunque las parejas en relaciones heterosexuales que se mensajean con frecuencia suelen sentirse más felices en sus relaciones, la realidad es que este comportamiento podría ser síntoma de que algo no va bien en la relación.

¿Por qué?, te estarás preguntando, por el simple hecho de que hablar por mensaje más de lo que lo hacemos en persona no es sano, especialmente porque aunque aparenta ser un escudo para abordar temas complejos, molestias y problemas, es fácil malinterpretar las señales, es decir que quieras o no el problema termina en caos.

Por lo tanto, DiDonato recomienda olvidarse por un momento de los mensajes virtuales y convivir más en pareja, tener conversaciones profundas cara a cara y conectar el uno con el otro, pues esto sí fortalecerá la relación.

No obstante, puede que tú o tu pareja sientan la necesidad o el deseo de escribirse más a lo largo del día, y la mejor solución para esto es hablando, pero en persona. Establezcan acuerdos, pongan reglas y trabajen en su comunicación.

“Ya sea que una relación recién esté comenzando o esté bien establecida, tener reglas o normas claras sobre cómo ocurrirán los mensajes de texto puede evitar algunas de las frustraciones que la tecnología puede introducir en la mezcla», concluyó la psicóloga.

Fuente: La Verdad

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