Vida de una «mujer de consuelo»: La historia de Kim Bok-Dong
Kim Bok-dong (19 de abril de 1926 – 28 de enero de 2019) fue una de las veintiséis » mujeres del confort » que aún vivían en en 2019 en Corea del Sur.
Ella era una de las muchas mujeres jóvenes que fueron forzadas a la esclavitud sexual por los militares japoneses; un ejército que reclutó sistemáticamente mujeres de países colonizados y ocupados durante la Segunda Guerra Mundial. Desde los 14 años, la mantuvieron en estaciones de comodidad durante ocho años en diferentes países de Asia.
Sus experiencias evocaron en ella una conciencia feminista y la llevaron a convertirse en una fuerte activista, abogando por detener la violencia contra las mujeres y por una disculpa formal del gobierno japonés, así como también por una compensación. Además, la propia Kim Bok-dong también ayudó a otras «mujeres del confort» y creó la pintura como una forma de activismo. Kim Bok-dong vivió sus últimos días en una cama de hospital en Seúl, Corea del Sur, donde el 4 de enero de 2018 fue visitada por el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in .
Tenía 14 años cuando me vi arrastrada a la fuerza a la esclavitud sexual por el ejército japonés. Dijeron que me contratarían como operaria de fábrica, pero en vez de eso nos llevaron a muchas hasta Taiwán, Hong Kong, China, Malaisia e Indonesia. Yo estaba con la comandancia del ejército, así que prácticamente fui a todas partes con ellos.
No tengo palabras para describir lo que me hacían los soldados todos los sábados, desde el mediodía hasta las cinco de la tarde, y los domingos, de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Al final del día no podía ni incorporarme. Tras ocho años de suplicio me pusieron a trabajar en un hospital del ejército. Su intención era ocultar cualquier prueba sobre las “mujeres de solaz”.
Ni siquiera me enteré de que la guerra había terminado. Cuando volví a casa tenía 22 años. ¿Cómo iba a contarle a nadie lo que me había sucedido? Mis padres no dejaban de decirme que me casara, pero no podía. Al final tuve que decirles la verdad. Al principio no me creyeron, y después dijeron que al menos había sido afortunada por sobrevivir a todo aquello. Han transcurrido varias décadas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y Japón todavía no ha dado una respuesta adecuada. Si nuestro propio gobierno no se esfuerza en este asunto, ¿con quién vamos a hablar? Ésa es la razón de que sigamos luchando.
Me impliqué en el movimiento de las mujeres de solaz en cuanto se formó, por tanto hace 20 años. Un día estaban pidiendo informes de las mujeres de solaz que habían sobrevivido. Así que llamé. Vinieron a verme unas personas, hasta una emisora vino a verme. No recuerdo la fecha exacta, pero el Consejo Coreano de Mujeres Reclutadas por Japón para la Esclavitud Sexual llegó hasta mí y desde entonces estoy con ellas. Al principio fue realmente difícil, pero no podía quedarme cruzada de brazos cuando todas esas personas acudían todos los miércoles a manifestarse por nosotras. Ahora yo también protesto todos los miércoles ante la Embajada. Reclamamos a gritos al gobierno japonés que pida perdón. En este tiempo hemos establecido lazos afectivos.
De aquellas niñas y jóvenes forzadas a satisfacer los deseos sexuales de los soldados japoneses hace hoy 80 años ya sólo viven menos de 100. La disculpa oficial de Tokio este lunes tras décadas de lucha y su acuerdo por zanjar el asunto con Corea del Sur, incluida una donación de 7,6 millones de euros para la creación de una fundación, siguen sin ser suficientes para las representantes de estas esclavas sexuales a las que el Ministerio de Exteriores nipón sigue refiriéndose en su comunicado oficial como “mujeres de consuelo” o de «confort», el mismo eufemismo de siempre para denominarlas.
“El acuerdo [entre Japón y Corea del Sur] no debe marcar el final del camino para garantizar la justicia para cientos de miles de mujeres que sufrieron debido al sistema de esclavitud sexual de los militares japoneses”, ha declarado Hiroka Shoji, investigador de Asia Oriental de Amnistía Internacional. “Las mujeres faltaron en la mesa de negociaciones y no deben ser malvendidas en un acuerdo que es más por conveniencia política que justicia. Hasta que las mujeres obtengan la completa reserva sin disculpas del Gobierno japonés por los crímenes cometidos contra ellas, la lucha por la justicia debe continuar”.
Fuente: Heroinas
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Temas: Asia, corea-japón, disculpa por gobierno japones, mujeres de confort, mujeres de consuelo, Segunda Guerra Mundial
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